Iván Checa // Benicàssim
Todos hemos pasado alguna tarde, especialmente de esas de invierno, compitiendo por ganar una partida de alguno de los juegos de mesa que tanto conocemos. El parchís, los juegos de cartas o el Monopoly son algunos de los más populares, pero ¿y si le digo Ubongo o Time’s Up?.
El sector de los juegos de mesa ha sufrido una gran revolución con la llegada de los conocidos como eurogames (o juegos de mesa alternativos). Estos juegos tienen su origen en Alemania en la década de los setenta y se caracterizan por basarse en la cooperación, la limitación de la duración (se acabaron esas partidas interminables) y su mayor sencillez. Lo que parecen unas simples modificaciones están provocando la transformación del mercado de juegos de mesa español desde hace unos pocos años. A día de hoy, existen incluso tiendas físicas especializadas en este tipo de juegos. Una de ellas en Castellón.
Dicho esto, la partida a nuestro juego preferido no nos la quita nadie. Diversión, risas y estrategia caracterizan ese momento. Pero, ¿y si le sumamos aprender?. La revolución de los eurogames también viene marcada por su integración, sin ser su principal objetivo, de competencias educativas y permite así desde practicar la conversación de un nuevo idioma creando un relato, a trabajar operaciones matemáticas en el lejano oeste con los más pequeños.
Las jornadas de juegos celebradas este fin de semana pretenden poner en valor formas de ocio no consumistas y alternativas al consumo de alcohol y drogas entre la población juvenil. Según el Ministerio de Sanidad dos de cada cinco adolescentes se han emborrachado en los últimos 30 días así que una de las líneas que trabaja la casa de juventud local en actividades como ésta es ofrecer alternativas de ocio saludable.
Durante las jornadas, el Centro de Cultura y Juventud La Maranya programó diferentes torneos (como el de La Fallera Calavera), demostraciones, pruebas de juegos que aún no han sido lanzados al mercado y la actividad más especial, una partida de rol en vivo que invadió el municipio y en la que los más pequeños se convirtieron en pequeños detectives en busca de monstruos por todo Benicàssim. Además, los participantes pudieron probar más de 100 títulos diferentes. ¿Se imaginan tener un armario con tantos juegos en casa?.
Desde la organización, Lydia Ferrando destacó la implicación de 25 jóvenes para poder llevarla a cabo. «Estas jornadas son un reflejo de la capacidad que tenemos los jóvenes para hacer actividades más allá de salir de fiesta», comentó.
Durante la presente edición alrededor de un centenar de personas, en su mayoría jóvenes, visitaron el instituto benicense para echar alguna que otra partida y probar, aunque muchos de ellos ya fueran adeptos, los eurogames. Y es que clásico o alternativo para empezar una partida solo nos queda decir «¿jugamos?».