Eva Bellido // Benicàssim
Muchos notarán su ausencia este verano. Y es que se había ganado el cariño y la fidelidad de vecinos y turistas. Tras más de 40 años de la presencia del Jota’s en las playas de Benicàssim, Vicente Pallarés y Merche Barreda ponen fin a una etapa que siempre quedará en el recuerdo de tantas experiencias y anécdotas a orillas del Mediterráneo.
Empresario hostelero con gran recorrido en la localidad costera, comenzó su andadura en el 78 abriendo su primer chiringuito en la playa del Voramar, frente a Villa del Mar. Después regentó Villa María, años en los que la mansión de primera línea de l’Almadrava recuperó su esplendor.
Seguidamente trasladó su negocio a Vistamar, a pocos metros, donde han continuado los últimos años ofreciendo su mejor servicio a sus clientes más fieles.
Espíritu emprendedor
El espíritu emprendedor lo heredó de su padre, quien ya en el año 1955 fundó el primer chiringuito Jilton, conocido popularmente como ‘Mosca Jilton’, por la gran cantidad de clientes que atraía.
Fue punto de encuentro para tertulias y atardeceres veraniegos de aquellos primeros turistas de Las Villas, en una época en la que todavía no había apartamentos. Estaba ubicado precisamente «frente al campo de fútbol que había donde se construyó el primer edificio, Torrecasim, pista de juego entre los de las Villas y los del pueblo», recuerda Pallarés.
Vicente ha estado regentando junto a su esposa, Mercedes Barreda, tanto el chiringuito Jota’s como el restaurante Vistamar, situado en el paseo marítimo Bernat Artola, frente a l’Almadrava, conocido por sus arroces, platos y tapas.
Vistamar
El negocio se asienta sobre una casa señorial construida en 1930, lugar habitual de reuniones de la alta burguesía en la época. Su estilo imita al de las villas francesas de la zona de Biarritz.
Su parcela, con amplias terrazas, ideal para disfrutar de la mejor gastronomía Mediterránea con la brisa del mar. El espacio también ha sido lugar de eventos, como bodas, cumpleaños, bautizos o comuniones.
Nueva etapa para Vicente
Ahora, comienza una nueva etapa para Vicente y su mujer. «Decidimos traspasarlo, ya que llegó un momento que iba a cumplir 65 años, y terminar el ciclo. Era mucho trabajo, muy pesado… y en cuanto se comenzó a correr la noticia nos llegaron rápidamente seis novios interesados para Vistamar», cuenta Vicente.
«Te duele, pero hay una época en la que tienes que empezar a cortar. Ahora empieza un nuevo ciclo en la villa con un empresario que lo está montando muy bonito y será una pasada».
«Aunque el chiringuito lo llevará otro empresario, que es el que ha ganado la concesión», indica.
Por la trayectoria de tantos años, «hemos hecho muchos amigos, conocidos, clientes que se convierten casi en familia… y les ha dolido mucho, pero había que terminar esta etapa. Hemos pasado buenos ratos, empezamos a celebrar San Juan, también hemos pasado sinsabores… No es lo mismo estar un año que tantos. Pero ya me viene de mi padre y la hostelería la llevo en la sangre», explica.
La vida de Vicente dará un giro de 360 grados este verano, ya que pasará de regentar un restaurante con una plantilla de unos 40 trabajadores en plena temporada turística, como ha hecho en las últimas décadas, a disfrutar de salir a comer o cenar tranquilamente, viajar o cuidar de sus animales en su finca o la pesca, algunas de sus aficiones.
Nuevo proyecto
A nivel empresarial, por el momento continuarán con el local de Jota’s Plaza, en la plaza de Les Corts Valencianes, que abre todo el año junto al centro de salud y un gran parque infantil.
Y Merche ha abierto un nuevo local, Jota’s Alameda, en el paseo Pérez Bayer del casco urbano, para continuar con ese espíritu emprendedor que también la caracteriza, pero con un poco más de tranquilidad.
¡Mucha suerte Merche!